Photos

3-tag:mercesans-1110px-slider

LOS HÁBITOS EMOCIONALES

 

Nuestros PATRONES o HÁBITOS EMOCIONALES son las “lentes” o filtros a través de las que interpretamos la realidad, o mejor dicho, le damos significado a aquello que nos sucede. Su origen suele estar en nuestras experiencias tempranas, momentos en los que buscando cubrir nuestras necesidades infantiles (pertenencia, seguridad, autonomía, auto-expresión, espontaneidad, etc.) aprendimos que a una determinada situación le correspondía una determinada respuesta por nuestra parte, y este aprendizaje quedó programado en nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. 
Y ya sabemos que no siempre esas necesidades infantiles son cubiertas por nuestros adultos de referencia… 
Una mente infantil frente a unos padres ausentes o emocionalmente fríos o muy críticos puede llegar a la conclusión de que ha de trabajar de más, no dar problemas, ser bueno/a y ser perfecto/a para no decepcionar y ser aceptado y querido…

Estas asociaciones situación-respuesta se transforman en esquemas o sistemas de almacenamiento que conservan ese aprendizaje emocional específico basado en nuestra experiencia de vida y no en la realidad, y ya de adultos actúan como “atajos” a la hora de interpretar lo que nos pasa y de responder de forma automática a nuestros acontecimientos vitales.

¿Qué sucede entonces cuando esos modelos de realidad o esquemas que se generaron a edades tempranas están distorsionados, son desadaptativos o incluso autodestructivos? Pues que de adultos, repetimos una y otra vez patrones automáticos  que no llevan a ningún lado o peor… nos llevan a estar mal con nosotros mismos y con los demás.

Por suerte NO hemos nacido con todos esos hábitos emocionales. Todos ellos han sido aprendidos y “programados” en nuestra mente a base de experiencia y repetición. Y aunque cuesta detectar esos patrones ocultos, podemos tomar conciencia de qué los desencadena, cómo se manifiestan y re-programarnos con respuestas más adaptativas y funcionales.

Según la Terapia de Esquemas de Young, existen nada más y nada menos que 18 esquemas o modelos de realidad desadaptativos... 

Si te interesa saber más de ellos, ya te iré contando.







Si tomamos conciencia y nos damos la oportunidad, las personas SÍ podemos cambiar.

LOS 7 PRINCIPIOS DE LA ECOLOGÍA EMOCIONAL

Te presento los 7 principios de la ecología emocional para estar en armonía con uno/a mismo/a y el entorno.

1.Principio de la Autonomía Personal
Ayúdate a ti mismo y los otros te ayudaran (Nietzsche)

2. Principio de Prevención de dependencias
No hagas por los otros aquello que ellos pueden hacer por sí mismos (Bragavad Gita)


3. Principio del Boomerang
Todo lo que hagas por los otros, te lo haces a ti mismo (Erich Fromm)

4.Principio del Reconocimiento de la Individualidad: 
No hagas para los otros aquello que quieres para ti. Ellos pueden tener gustos distintos (Bernard Shaw)

5. Principio de la Moralidad natural: 
No hagas a los demás aquello que no te gustaría que te hicieran a ti (Confucio)

6. Principio de la Autoaplicación previa
no puedes hacer ni dar a los demás aquello de lo que tu no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.

7.Principio de la Limpieza relacional: 
Tenemos el deber de hacer limpieza de nuestras relaciones ficticias, insanas y que no nos dejan crecer como personas.


Como verás, todos estos principios son muy importantes para nuestro día a día, pero si hay uno especialmente relevante para padres y madres es el principio de la prevención de dependencias: no debemos hacer por los niños/as, hijos o alumnos, aquellas cosas que ellos son capaces de hacer por si mismos.

¿Porqué no? La respuesta es muy sencilla; porque les privamos de la posibilidad de encontrar sus propias soluciones, de hacerse mayores, de madurar, de pensar, de equivocarse y aprender de sus errores.

Cuando uno mismo se siente capaz de resolver sus propios conflictos o dificultades se siente más útil y se reconforta su autoestima. Se adquieren competencias básicas para afrontar la vida de forma positiva y asumir nuevos retos con seguridad y autonomía. 

Ahora a practicar...!!






(El término Ecología Emocional lo debemos a Mercè Conangla y Jaume Soler, expertos en psicología humanista y gestión emocional, quienes lo acuñaron en 2002)

RE-ESCRIBIR EL GUIÓN DE VIDA


Suele suceder que cuando vemos una buena película, podemos llegar a identificarnos con alguno de sus personajes hasta contagiarnos de sus emociones, poniéndonos en su piel , haciendo nuestra su identidad y sus circunstancias. Tanto es así que cuando empiezan a salir los créditos, algunos tienen que disimular las lágrimas si era un drama, relajarse si era de acción o respirar hondo y destensar los músculos si era de zombis.

Según el doctor Eric Berne, creador inicial del Análisis Transaccional, no sólo nos identificamos con un personaje en las películas, también hacemos nuestro el personaje que nos ha tocado representar en el guión de nuestra propia vida. Observó que todas las personas a las que acompañaba en sus procesos de terapia psicológica “actuaban” según lo que él denominaba guión de vida.

¿Qué era para Eric Berne el guión de vida”? Se trata del argumento pre-establecido, casi siempre de una obra dramática, que la persona se siente obligada a representar, independientemente o no de si se siente identificado con el personaje protagonista de esa obra .

El guión de vida de cada persona se establece en la infancia, bajo la influencia de aquellas personas que son cercanas y relevantes para cada uno de nosotros y queda reforzado por las diferentes experiencias que vamos viviendo a medida que vamos creciendo. Es en la infancia cuando se establecen las bases de nuestra autoestima, asumimos nuestro valor y el valor de los demás, y es por ello que debemos remontarnos a aquella época para tomar conciencia, descubrir y revisar nuestro guión de vida para cuestionarlo y asegurarnos de si estamos viviendo en la piel del personaje que realmente queremos o si en realidad estamos viviendo la vida que nos han dicho que nos toca vivir.

Según Berne, existen ciertos “mandamientos” o mensajes que nos llegan siendo niños y ejercen una importante influencia emocional sobre nosotros y a base de repetirse, día tras día, por las personas que son significativas para nosotros, se quedan anclados en el guión que representaremos en adelante. Normalmente estos mandamientos provienen de circunstancias dramáticas vividas por otros y acabaran condicionando nuestras futuras creencias y nuestra actitud frente a la vida.
Berne y otros expertos, definen los siguientes impulsores o mandamientos (entre otros) como ejes del guión de vida forjado en la infancia, que debemos revisar y modificar para reescribirlo a nuestra propia manera :

1.No existas, no vivas, no seas. Podría ser el más destructivo de todos y nos llega a través de la idea, que se nos repite hasta la saciedad, de que “hay que ganarse la vida”, que la vida es dura, que estamos aquí para sufrir, etc… La vida ya la tenemos ganada al nacer, lo que toca después es aprender a vivírla con el máximo provecho y sin dañar a nadie.

2.No pertenezcas. Habitual en personas que deciden, de forma consciente o inconsciente, no relacionarse de manera profunda con nadie, como mecanismo de defensa frente al insoportable dolor que supondría el rechazo del otro. Si no me involucro no me harán daño.

3.No crezcas. Es la típica situación de sobreprotección en la que no se le permite al niño/a asumir funciones y responsabilidades propias de su evolución y desarrollo, fomentando sin quererlo su dependencia e impidiendo su autonomía, obteniendo como resultado adultos incapaces de tomar decisiones y aceptar compromisos.

4.No seas niño/a. El caso opuesto al anterior, en el que se le pide al niño/a abandonar sus necesidades naturales de la infancia para asumir responsabilidades demasiado elevadas para su etapa de desarrollo (cuidar de hermanos, de padres enfermos, etc).

5.¡No lo hagas! Detrás de este impulsor podemos encontrar el miedo al éxito; personas que sienten el hacer algo como un riesgo y por eso no hacen nada. Piensan, sienten, se quejan, pero no hacen.

6.Tus necesidades no son importantes. Aparece en los hijos de padres que deciden que no tienen tiempo para dedicar a sus hijos. El niño/a interpreta que si no tienen tiempo para él, es porqué no es importante, con lo cual no deben tenerse en cuenta sus necesidades y como tal se comportará en la edad adulta.

7.No sirves. Supone la exigencia de perfección de los hijos para compensar la falta de autoestima de los padres, queriendo tener un niño/a perfecto , acaban haciéndole sentir que no está a la altura de lo que se le pide.

8.No pienses. Se transmite este mandamiento cuando se ignoran las preguntas del niño/a o se responden de manera inadecuada o con mentiras. Se vive como un riesgo el hecho de tener ideas propias o pensar de forma diferente a los demás.

9.No sientas. Las emociones son desterradas por miedo o porque te hacen débil frente a los demás.

10. No disfrutes. Se prohíbe el placer porque se vive como el paso previo a una desgracia posterior. No se permite disfrutar de lo bueno anticipando que aquello no puede ser duradero y que más tarde o más temprano llegará algo malo.

Todos estos mandamientos bloquean e impiden desde la infancia, el sano desarrollo psicológico y la capacidad de vivir la vida con plenitud, pero por suerte, los guiones NO están cerrados y se pueden reescribir, tan solo hace falta cambiar todos esos mandamientos por permisos, esenciales para el proceso de cambio y crecimiento personal:

A partir de hoy puedes darte permiso para:

Vivir, existir, ser tu mismo, saber, pertenecer, crecer, ser niño, hacer, ser importante e importar, valer, pensar, sentir, superarte y disfrutar.

Busca papel, lápiz y sobretodo, goma de borrar, y si lo deseas, puedes volver a escribir tu guión de vida.






Fuente: Libro "La brújula interior"