(Del libro “ La
empresa fabulosa” del publicista y escritor Gabriel García de Oro )
Un hombre mayor vendía galletas caseras junto a la
carretera. El negocio le iba tan bien que no tenía tiempo de leer los
periódicos ni ver la televisión. Por muchas galletas que hiciera, siempre, siempre las
acababa vendiendo todas. Un día lo vino a visitar su hijo, que estudiaba Económicas en una Universidad muy lejana y le dijo:
-Padre, ¿ cómo es que no estás al caso de las noticias? ¿ No sabes que nos encontramos en una terrible crisis? ¡ Esto se hunde!
El hombre mayor pensó: Mi hijo tiene estudios. Está informado y sabe de lo que habla.
A continuación, compró ingredientes de calidad inferior para ahorrar costes. También bajó la producción de galletas, por si acaso. Sus ventas fueron disminuyendo hasta que tuvo que cerrar el puesto. Entonces llamó a su hijo y le dijo:
En esta pequeña historia tenemos un claro ejemplo de cómo se propaga la contaminación emocional y desemboca en una profecía auto-cumplida. Las malas noticias se contagian como un virus. Muchas personas que no se encuentran directamente afectadas por la crisis viven con miedo a que las dificultades lleguen en cualquier momento. Vemos como el miedo se propaga socialmente con grandes titulares en los medios de comunicación. Compruébalo tú mismo/a: coge el primer periódico que caiga en tus manos y toma nota de los titulares de las diez primeras páginas o mira las noticias… ¿Qué opinas? Es para salir corriendo, no?
A continuación, compró ingredientes de calidad inferior para ahorrar costes. También bajó la producción de galletas, por si acaso. Sus ventas fueron disminuyendo hasta que tuvo que cerrar el puesto. Entonces llamó a su hijo y le dijo:
-Tenías razón hijo. ¡Estamos metidos en una crisis muy grande!
En esta pequeña historia tenemos un claro ejemplo de cómo se propaga la contaminación emocional y desemboca en una profecía auto-cumplida. Las malas noticias se contagian como un virus. Muchas personas que no se encuentran directamente afectadas por la crisis viven con miedo a que las dificultades lleguen en cualquier momento. Vemos como el miedo se propaga socialmente con grandes titulares en los medios de comunicación. Compruébalo tú mismo/a: coge el primer periódico que caiga en tus manos y toma nota de los titulares de las diez primeras páginas o mira las noticias… ¿Qué opinas? Es para salir corriendo, no?
Es un hecho probado que los titulares negativos venden hasta
cinco veces más que los positivos y nos impactan en la misma proporción de 5:1
, es decir, necesitaríamos hasta cinco noticias positivas para contrarrestar una
negativa. Dice Robin Sharma, experto en
liderazgo y desarrollo personal, que las personas que ven las noticias tienen
una visión del mundo mucho menos realista que los que no las ven.
No podemos olvidar que la realidad es la que es y debemos
estar informados, pero no podemos ponernos cada mañana las gafas de
verlo todo en negativo, ya que de este modo nos perderemos todo aquello por lo
que vale la pena seguir trabajando y todas las oportunidades que ,seguro, aparecerán en
nuestro camino.
“El miedo es el factor fundamental que incita a las personas
a tener vidas pequeñas y carentes de autenticidad. La mayoría de los temores no
son más que una ilusión”
Robin Sharma
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