LOS PROBLEMAS NO EXISTEN

Los problemas No existen.

Esta afirmación que para muchas personas tiene escasa credibilidad, para otras es cierta desde la primera letra hasta la última. Lo que para alguien puede ser un gran impedimento y motivo de desvelo, para otra persona no es más que un pequeño tropiezo. Es la explicación que nos damos a nosotros mismos sobre un hecho, lo que le pone la etiqueta de problema o de reto y lo que nos hace responder queriendo huir de ello o implicarnos en la búsqueda activa de una solución.

Según la Teoría ABC de la personalidad de Ellis, son nuestras emociones, creencias o pensamientos sobre una determinada situación A, la que la convierte, de un hecho objetivo, en un problema. Por suerte esta teoría también nos dice que eso se puede cambiar ;)

Todos desarrollamos un diálogo interior frente a determinadas situaciones que nos llevan a actuar de una forma u otra según sea el contenido de ese diálogo. Por ejemplo, cuando entramos en algún lugar que está lleno de gente, y de repente varios de estos desconocidos nos miran, podemos pensar:
“ Se habrán dado cuenta de que he engordado, debo ir demasiado informal para este lugar, tendré algo en la cara…” 
O bien podemos decirnos a nosotros mismos: “ me miran porqué estoy impresionante con este vestido, este peinado me sienta genial…”
Es obvio que cada una de estas personas tendrá como consecuencia de sus pensamientos una reacción distinta. Una misma situación o acontecimiento puede activar consecuencias emocionales y conductuales diferentes dependiendo de lo que nos digamos sobre ella.
Entonces podemos decir que “mi marido me pone de los nervios” , “ mis hijos se han propuesto amargarme el día ” , “ mi jefe me tiene manía “ , aunque suene un poco arriesgado, son afirmaciones falsas.

Expliquémoslo con más detalle utilizando la Teoría ABC de Ellis:

Situación A : Mi jefe me ha pedido que me quede hasta más tarde para ir a una reunión (acontecimiento activador)

Consecuencia C : me tiene manía, me pongo de los nervios , me enfado (consecuencia emocional) le critico con mis compañeros y bajo mi rendimiento (consecuencia conductual)

A simple vista, puede parecer que A es desencadenante o antecedente de C, pero no es realmente así, ya que el más directo responsable de que se produzca C, son las creencias, muchas veces irracionales, pensamientos y en definitiva el diálogo interior (B ).

Siguiendo en el ejemplo anterior, ¿cómo sería en este caso B (dialogo interno) en este esquema? Podría ser algo parecido a : se cree que no tengo vida propia, no me tiene en cuenta más que para darme trabajo, se aprovecha de que nunca le digo que no… etc.

Según el tipo de interpretaciones que hacemos de los acontecimientos ( A) , es decir, según lo que pensemos (B), reaccionamos a un nivel emocional y conductual (C).

¿Cómo habría sido la respuesta de este empleado si su razonamiento hubiera sido distinto (D)?.
Podría ser así: me pide que asista a la reunión porque cree que será interesante para desarrollar mis proyectos, prefiere que vaya yo porque represento mejor la filosofía de la empresa.
La respuesta emocional y conductual hubiera sido bastante diferente ¿no?. En el 99% de las ocasiones, las acciones de los demás no tienen como finalidad causarnos molestia, no somos el objetivo de nadie , así que cuando nos decimos “lo hace sólo para molestarme” o “me tiene manía” lo más probable es que nos equivoquemos.

Y ahora volviendo a la primera afirmación: Los problemas NO existen; podemos ponerlo en cuestión o comprobarlo viendo de qué manera nos explicamos aquellas situaciones que desencadenan en nosotros respuestas emocionales o conductuales que nos impiden muchas veces disfrutar de nuestro entorno. Buscar y poner en práctica un dialogo interior alternativo y no menos cierto, que nos lleve a poder dar nuevas respuestas en nuestro mundo personal y profesional, que nos ayuden a ver desde una óptica más positiva todo aquello que nos rodea.

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