Los problemas psicológicos NO son psicopatología
Cuando tenemos tos, mocos y fiebre, visitamos al doctor. Éste nos hace su diagnóstico: estás enfermo, tienes un resfriado y estos síntomas son la manifestación de ello. No es necesario comprender la razón de porqué estás así. No puedes hacer nada para cambiarlo, tómate estas pastillas y en más o menos tiempo, se te curará. Y así suele pasar.
Cuando nos sentimos mal, angustiados, con poca energía, desesperanzados o en una crisis personal y visitamos al doctor, en muchas ocasiones (aunque por suerte, cada vez menos) suele pasar lo mismo que en el caso del resfriado: padeces un trastorno, algún desequilibrio de tus neurotransmisores allá dentro y esos síntomas de tristeza, ansiedad, angustia, etc, son prueba de ello. Tu diagnóstico es X. Tómate estas pastillas y vuelve el mes que viene. Cuando se aprueba un fármaco como tratamiento de un problema de salud, física o mental, ese problema pasa a ser considerado como enfermedad o patología. Según Szasz (crítico de los fundamentos morales y científicos de la psiquiatría y uno de los referentes de la antipsiquiatría) el hecho de denominar enfermedad a algunas experiencias vitales constituye “el más grave error lógico de la psiquiatría moderna”
Volviendo a la visita al doctor que hemos mencionado antes, cuando salimos de la consulta, ¿qué nos decimos a nosotros mismos? Pues, si estos síntomas que tengo, están provocados por ese trastorno que padezco, estoy enfermo y quedo absuelto de toda responsabilidad. NO soy yo, es el desequilibrio de mis neurotransmisores .No depende de mí que eso cambie. Tomaré las pastillas y volveré el mes que viene.
Si los problemas psicológicos son declarados enfermedad, para curarlos, deberíamos aplicar un tratamiento capaz de “expulsar “ esa enfermedad , igual que aplicaríamos un exorcismo para expulsar un demonio que se nos ha metido en el cuerpo.
El poder del diagnóstico (la etiqueta que se le pone a aquello que nos pasa) coloca a las personas en situación de indefensión con la consiguiente pérdida de control y poder sobre la propia vida, convirtiéndolas en víctimas de su propia “enfermedad” y dejando escaso o nulo espacio a la posibilidad de cambio.
Actualmente son muchas las personas que toman fármacos para dormir, para la ansiedad o la depresión y pocas las que tratan sus síntomas desde la complejidad que requieren. No se trata de simplificarlo tomando una pastilla y asunto resuelto. Los problemas psicológicos merecen ser tratados desde una perspectiva biográfica, interpersonal y de contexto de la persona que lo padece. Ir hasta la raíz, comprender esos problemas y ofrecer estrategias de solución dentro de la alianza de trabajo de la relación de ayuda.
Esto supone un cambio radical de paradigma, desde el modelo psicopatológico al enfoque específicamente psicológico y transaccional, poniendo a la ciencia psicológica en el lugar que merece en la comprensión de los problemas del ciclo vital que afectan a tantas personas , dotándolas de nuevo de poder para cambiar aquello que les impide disfrutar plenamente de todas sus capacidades.
“Tan sólo una enfermedad me es incurable; el irremediable optimismo”
Cesar Benites.
www.psico-positiva.com
Fuente: Artículo de los Psicólogos Ernesto López Méndez y Miguel Costa Cabanillas
No hay comentarios:
Publicar un comentario